La huerta de Murcia parece alejarse ya de forma definitiva de su tradicional carácter estrictamente rural. el establecimiento de industrias, el desarrollo urbano de la ciudad, las previsibles nuevas vías de comunicación y sobe todo, la grave crisis agrícola ya iniciada pero que será acentuada por la competencia de los nuevos regadíos establecidos con aguas del transvase, parecen exigir una reconversión total de su ámbito y una cuidada planificación de su futuro.
Puede aun discutirse la rentabilidad de estos regadíos tradicionales, las valiosas cualidades de determinados elementos del medio físico y los graves problemas de la estructura socioeconómica, pero en este caso, como posiblemente en muchos otros, el cambio se ha iniciado y es conveniente encauzarlo antes de que la huerta de Murcia se convierta en un espacio inhabitable.